El Malsín

jueves, 14 de febrero de 2013

ELLA

Ella yacía, y sus brazos de niña estaban atados por los criados En torno al que se marchitaba, Sobre el que yacía en dulces y largas horas, algo asustada por sus muchos años. A veces volvía ella su rostro en la barba de el Cuando gritaba una lechuza Y todo lo que era noche venia y se reunía con miedo y con ansia en torno a ella. Las estrellas temblaban. Un aroma pasaba buscando algo por la alcoba. Se movió la cortina y dio una señal, en silencio la mirada de ella la siguió Pero ella se agarraba al viejo sombrío No alcanzada por la noche de las noches Yacía sobre su enfriarse principesco Virginal y ligera como un alma.